martes, 27 de julio de 2010

DUERMEVELA / Be@

"Una niña abre el baúl y una mano le echa tierra en los ojos" (Jorge Bocanera "Historieta")


Susurra secretos su soledad,
a veces agita el viento
y crepitan alas que acuden
a despertar historias dormidas
en la esquina de las sombras de las rosas.

Entonces se encienden los puentes
y retroceden las insidiosas palabras homicidas.
Surgen de la copa a medio beber
la gloria, la magia, la tregua y la vigilia.

Entonces hay fulgor acechando,
filtrándose por el hueco de la duermevela.
La lluvia vuelve a ser azul,
la niebla, un jinete remontando distancia
y el rigor una dúctil promesa que desata
en la lengua de las flores
un dulzor de corazón de abeja.

La niña reina en el revés del naipe
y en el laberinto de cristal
hasta que abre el baúl y una mano
le echa tierra en los ojos.

GÉNESIS / Be@

“Le corrió un espasmo, como si quisiera decir:
Iníciame en el hechizo de la vida.” (Yasunari Kawabata)


Destella el crepúsculo en el nácar
de una aletargada caracola.
Tempestuoso juego de luz y miel,
espejismo en la piel del Paraíso.
El deseo se peina en el espejo del viento
y sangra estrellas impares
sobre las manos de Dios.
Peso breve en el aire que envuelve la danza,
fragor líquido que estalla debajo de la proa de seda
mientras la noche cae y ellos: Adán y Eva se duermen
empapados de asombro y de rocío.

_ El barro y las manzanas al mezclarse
no pueden infundir tanta belleza…
Una y otra vez revisa la alquimia
y analiza la magia que es secreta.
En un recodo del Edén Dios piensa.

TE DEJO / Be@

Yo ya no vuelvo decía la nota de humo
adherida al ala rota del porvenir.
Te dejo el silencio,
el amor inconcluso y la batalla.
Te dejo la vida y el camino,
las canciones, las tardes y las calles.
Los días y las noches, te dejo
y el tic tac del reloj amaneciendo
insomne y sin palabras.
Te dejo la estación más sola
porque yo ya no vuelvo
decía la nota de humo adherida
al ala rota del porvenir.
Te dejo