domingo, 28 de octubre de 2007

Oración

Un viento frágil de primavera
agita espuma en las copas de los árboles.
Emerge el despertar de la aurora encandilada,
la luz hiere los ojos que se resisten a mirar el día,
luego parpadea la vida que demanda y se aferra
a los sueños de la vigilia.

Día tras día te espero en el milagro, ´
día tras día buscando las palabras para alcanzar
la lejana región donde las súplicas
alcanzan la misericordia y la compasión
por nuestra humana pena.

Y siempre ese silencio, esa presencia intangible
que nos reclama fe para ser escuchados. Pero
la fe se resiente con tanto dolor. Se resqubraja
y por esas fisuras juega su mejor carta la derrota.