lunes, 23 de abril de 2007

Lunes otra vez

Lunes otra vez
cambia la sintaxis del vuelo
y los pasos
se calcinan en la urgencia
que nos arrea.

domingo, 22 de abril de 2007

Una rosa sola

Una rosa solitaria incrustada en la noche
celebra su última gloria y abre
la enorme puerta que la pierde.

Es una rosa sola contra el cielo,
se está bebiendo todo el fulgor de las estrellas.

Ella no sabe del grito que la nombra,
el nombre no responde
al hondo secreto de su silencio.

viernes, 20 de abril de 2007

El Silencio

Beatriz Mir



Quizá porque el universo es un silencio desgarrante que se hace eco en su corazón, el hombre vive como en un tránsito que nunca llega a comprender del todo, en una búsqueda desesperada que lo empuja a abrir todas las puertas, a atravesar todos los umbrales. Al cabo no encuentra nada, excepto ese otro enorme e intransferible misterio ante el cual su espíritu se ahueca para albergarlo, convirtiéndose en el seno gestatorio en el que crece y se nutre lo sagrado.
Arte es lo que los ojos, los oídos, las manos y la voz del hombre hacen con esa sacralidad que nos pone frente al silencio más impenetrable, inexpresable y sobrecogedor: el silencio de Dios.
Ese silencio de la desolación ante lo indecible, lo inexpresable, deambula por la escritura, se entrelaza con las letras como las ramas de un árbol tendidas hacia el cielo en busca de la luz, clamando por la voz que no encuentra su sonido. La imposibilidad de significar el misterio origina la necesidad de Dios y su búsqueda por caminos que bordean ese enorme agujero, la última puerta y la primera, el origen y el destino y la persistencia de la ausencia de palabras para nombrarlo.

Borges y El Dante se encaminan hacia un sótano o hacia el fondo de la tierra. Van a buscar un punto en el universo que es el universo, un acontecer total y sin secuencias: la batalla de Lepanto y la fibra óptica, Moisés y la decodificación del mapa genético, la primera partícula viviente y el satélite captando y enviando información. Todo, absolutamente todo, las acciones y las cosas, el verbo y el sustantivo, la palabra y el silencio. Allí Beatriz aguarda. Buscan una puerta, es la puerta de la piedra y la piedra les dice que no entrarán, que Wislawa ya lo ha intentado, que sólo pueden visitar su superficie, toda vuelta hacia ellos. Borges y Dante no la escuchan, de la mano de Beatriz y con la complicidad de Wislawa, acceden al atajo que los conduce al interior y, al hacerlo, dejan entreabierta una ínfima fisura para que nosotros, azorados y atónitos, nos asomemos a la eternidad.

Por qué "La Rosa Blindada"

Entre tantas emociones, olvidé mencionar la razón del nombre de este blog: "La Rosa Blindada" es un homenaje a ese gran poeta que fue Raúl González Tuñón y a su libro homónimo. Así se llama también el grupo literario al que pertenezco desde hace seis años; con él me reúno todos los martes para celebrar nuestro Taller Literario. Estas reuniones ya son parte de nuestras vidas, a ellas llevamos lo que escribimos y lo que somos; de ellas nos llevamos la maravillosa experiencia de la lectura compartida, de la creación y de la amistad.

Nosotros, humildemente, pretendemos andar este camino, sin pretensiones de colocarnos sobre ningún sitio que no esté al servicio de la belleza que se revela cada día para todo aquél que tenga ojos para mirarla y espíritu para soñarla. Como no claudicamos en este intento y trabajamos todos los días para que esto sea posible, creemos que podemos ser merecedores del nombre.

"Inesperada como una flor fuera de estación, la poesía aparece"

DONDE ESCARCHA LA NOCHE


Donde escarcha la noche los amores que no bebe,
donde se estrellan las tersas caricias que el tiempo retacea,
donde empalidece el fulgor con que la inocencia crea el mundo
a su imagen y semejanza,
donde despliega la tarde el pañuelo claroscuro.

En esta enorme y desolada planicie desierta
yo escribo,
trazo signos sobre una hoja de papel para quemar,
converso con la indiferencia sorda
y le muestro palomas al ciego del banco vacío.

En esta tierra inhóspita ya todo se marchita,
sólo crecen el miedo y las desdichas. Aquí,
el corazón cansado y sediento se echa a llorar su propia muerte,
pero esta mano escribe y sigue escribiendo.

Escribe las lunas que asombran la noche,
escribe las horas donde naufraga la memoria y el relato.
Esta mano escribe,
escribe palabras como quien enciende un fósforo
con la esperanza de iluminar la eternidad.

Esta mano escribe los sonidos de los colores
y los tonos con que la vida suena y se calla en mis oídos,
escribe mientras el viento pasa y se le vuelan todas las palabras.
Escribe y sigue escribiendo
donde escarcha la noche los amores que no bebe.


BEATRIZ MIR
08/11/06