Hay que aprender a mirar otro cielo,
hay que acostumbrarse al olor de otro aire,
es necesario entender que las cosas
se desprenden de la costumbre
y que el amor se hizo vuelo
en un giro del tiempo
sin detenerse
a contemplar
ni un instante
esta nueva forma de la soledad que
se instala desde la raíz hasta
el aliento insulso de los días.
Es imprescindible aprender a mirar,
dejar atrás los restos del naufragio,
buscar una flor entre las ruinas
y partir.
miércoles, 23 de julio de 2008
Rojo y redondo
martes, 1 de julio de 2008
En esta tierra
En esta tierra donde arraiga la ausencia
se caen del rocío los pétalos del aire,
se trepan por la lluvia miniaturas cobardes
que arrastra la memoria con trazos desiguales.
En esta tierra donde apenas existo,
al ritmo de mi corazón se obstina un poema.
Incrustado en el silencio se abre paso
entre los dedos del viento,
buscando resonar precario de lenguaje.
A fuerza de soledad me hago desierto,
desaparezco entre los pliegues del alba
que no me reconoce.
se caen del rocío los pétalos del aire,
se trepan por la lluvia miniaturas cobardes
que arrastra la memoria con trazos desiguales.
En esta tierra donde apenas existo,
al ritmo de mi corazón se obstina un poema.
Incrustado en el silencio se abre paso
entre los dedos del viento,
buscando resonar precario de lenguaje.
A fuerza de soledad me hago desierto,
desaparezco entre los pliegues del alba
que no me reconoce.
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