lunes, 17 de marzo de 2008

A otro patio

Los alados jazmines del verano se fueron
a florecer a otro patio.
Ahora tengo otro nombre,
ahora vos no me llamás por ninguno.
Aquí reina un silencio sin perfume
que apagó todos los candiles a su paso.
El horizonte se ha puesto de pie
y amenaza con dejarse alcanzar.

La lluvia cae lejos y moja otras voces,
otro idioma, otros sueños.
En algún vértice comenzaron a derrumbarse
las estrellas que sembraron los dioses de la risa
y la esperanza.
Enmudecieron las manos y los ojos se cierran;
en la que fue mi casa cae un telón de ruinas.

1 comentario:

alice dijo...

Dios te ha regalado un don maravilloso sólo vos podés expresarte así ¡que tus sentires no se acaben nunca ALICE